martes, 4 de abril de 2017

El 5 de Abril y la Constitución de 1993



El 5 de Abril y la Constitución de 1993
Por Jeffrey M. Kihien-Palza
Sí que he vivido en tiempos interesantes, por ejemplo, la guerra fría y sus conflictos alrededor del mundo, la constante amenaza de guerra nuclear entre el mundo libre y el bloque comunista soviético, la instauración del socialismo en el Perú con el golpe de Estado de Juan Velasco Alvarado, la caída del muro de Berlín y el posterior desmantelamiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la constitución peruana de 1979, el terrorismo de Sendero Luminoso y los Túpac Amaros, la democracia asustada, inerte y sin liderazgo de Belaunde en 1980, el primer gobierno de Alan García Pérez, que fue un desastre apocalíptico, y luego el rompimiento con la línea de la historia, cuando Alberto Fujimori ganó las elecciones en 1990.
A partir del 1987, estando ya en la universidad, a menudo me preguntaba en que momento desaparecería el Perú, el estado peruano había colapsado, se envenenaba con su propia burocracia y leyes formuladas por un estado altruista, creyente de que la felicidad y la prosperidad humana se pueden dictar desde un escritorio suprimiendo la libertad individual y el derecho a crear riqueza. Las leyes del altruismo de estado no paraban de ser producidas, la burocracia estatal tenía que justificar su existencia dándose asimismo más poder. No me van a creer que todos los artículos subían todos los días, un pan podía costar un sol a las ocho de la mañana y un sol treinta a las ocho de la noche, y eso, si es que había, porque el gobierno de Alan García legislo leyes de control de precios, entonces el empresario no podía vender su producto al precio que le generara un retorno. Esa ley del estado altruista generaba desabastecimiento, porque nadie produce a perdida y mercado negro. Imagínense, comprar pan en el mercado negro. Eso lo viví yo, experimente el estado altruista, que no permitía que el panadero se aprovechase de mi vendiéndome el pan caro, era mejor que no hubiese pan. Tal cual sucede en Venezuela en estos momentos.
Además de la hiperinflación, todos los días habían ataques terroristas, todos los días policías, militares y civiles eran asesinados. Todos los días ponían bombas y los terroristas secuestraban para cobrar rescate y amenazaban al estado públicamente. Todo estaba envenenado, la burocracia estatal y la clase política (era una clase social aparte) no permitirían jamás cambios estructurales, porque ellos vivían por generaciones del estado, de todas las empresas publicas fallidas y colapsadas, y de los cientos de proyectos estatales que se inauguraban con nombres pomposos y nunca funcionaban. Asimismo, la Constitución del 79, era un documento estatista, en donde el peruano no existía como un individuo, si no como parte de un ente colectivo, una masa incapaz de razonar por sí misma, siendo la burocracia y la clase política los encargados, por ley, de pensar y decidir por el peruano. La Constitución del 79 no permitía la creación de riqueza, por el contrario la castigaba como si fuese un pecado. Es esos años los conceptos de empresa, libre mercado, capitalismo, ganancia, especulación, producción estaban prácticamente proscritas. Los políticos solo las utilizaban para añadir un concepto negativo.
El sistema socialista no daba para más, o se realizaban las reformas o el Perú desaparecía. Las reformas no se podían hacer por consenso político, era imposible, la burocracia no se reformaría asimisma y el congreso no cedería a perder su caudal político, ellos apostaban a que el gobierno callera en unos meses, para luego ganar poder. Mientras tanto el terrorismo avanzaba porque no existía legislación antiterrorista. Los grupos terroristas habían infiltrado el estado, era común escuchar desde el congreso pedidos de amnistía y libertad para terroristas presos y sentenciados, inclusive congresistas hacían huelgas de hambre para apoyar a sus camaradas en armas. Los jueces, temerosos soltaban a los terroristas, sino los mataban en las calles, y para cerras con broche de oro, cuarenta terroristas del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, fundado por el aprista Polay Campos, se escaparon de prisión por un túnel, durante el gobierno de Alan García. Todo estaba fuera de control.
En las elecciones del 90, yo hice campana férrea en el Movimiento Libertad, su filosofía era clara; reformar el estado, apertura rel Perú al mundo, desmontar el estado socialista, esa era la filosofía en la cual creía y sigo creyendo. Pero, MVLL perdió las elecciones por falta de olfato político al asociarse con políticos tradicionales.
Es así como llegó el 5 de Abril de 1992, con los ánimos y relaciones entre el Ejecutivo y el Congreso muy caldeados y sin horizonte para concertar. La decisión del matemático Fujimori fue dada; se cierra el Congreso, y se convoca a una asamblea constituyente para formular una nueva carta magna. Al siguiente año, 1993, por referéndum la Constitución de 1993 fue aprobada.
No voy a explicar, defender  o denigrar el nacimiento de la Constitución del 93,lo único que puedo decir es que desde mi ambición y conveniencia personal, desde mi visión individualista y egoísta, la constitución del 93 es la mejor Carta Magna que el Perú ha tenido desde el nacimiento de la Republica. El país progreso, la pobreza se redujo y lo más interesante es que la mentalidad del país cambio. Mi generación, la generación X, es a la cual le debemos dar las gracias. Esos peruanos que por ahora deben pasar los cuarenta años son los que salvaron al Perú de la desaparición de la historia, y no estoy bromeando ni especulando.