viernes, 28 de agosto de 2020

 

LA LEYENDA NEGRA EN CONTRA DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA

 

Por, Jeffrey M. Kihien-Palza

Abogado y Bachiller en Ciencias Políticas. Universidad Privada de Tacna.

LLM, American University.

MBA/LDP, Johns Hopkins University.

La leyenda negra es un arma psicológica y cultural, actúa bajo el velo de las buenas intenciones, ocultando su verdadero objetivo de dominar al individuo secuestrando su matriz cultural. Yo soy testigo de la leyenda negra, soy victima de la leyenda negra contra la hispanidad, la cual está vigente y continúa siendo alimenta



da y difundida. La leyenda negra contra la hispanidad logró su primer objetivo; destruir el país más grande del mundo, que fue el Imperio Español, y luego crear un sentimiento de inferioridad del hispano frente “al otro.” En Hispanoamérica no creen que son lo suficientemente capaces de alcanzar meta alguna, porque la leyenda negra les ha enseñado que son hijos de la maldad, de una conquista malévola y abusiva. Sin embargo, la historia científica que se basa en hechos que se pueden probar, contradice hasta la letra minúscula de la leyenda negra. Hispanoamérica fue la región más poderosa y rica del mundo por trescientos años, hasta las guerras de secesión del Imperio Español también llamadas guerras de independencia. Al concluir el periodo de apogeo global de los Virreinatos de Perú y Nueva España, el centro de poder continuo en las Américas a través de los Estados Unidos de América, cuyo territorio esta conformado en un ochenta por ciento, de lo que fuera el Virreinato de Nueva España. Estados Unidos absorbió un país prospero y poderoso, y conservó el poder global y la filosofía cristiana de la libertad en el continente americano.

Años atrás, si mal no recuerdo fue el 2005, cuando aún vivíamos en libertad, sin la cancelación de derechos por el Covid-19 y sus defensores, estuve viajando en Europa y por pura coincidencia conocí a un expatriado de los Estados Unidos, joven, educado en una famosa universidad gringa, muchacho de suburbio de clase media alta, acostumbrado a las vacaciones globales en familia. Llevaba El dos años viviendo fuera, me contaba con mucha soltura, y confiando en mi empatía (esa palabrita del marxismo cultural) que sentía vergüenza de los Estados Unidos, por todo el daño que ocasiona al mundo, me habló desde ecología hasta racismo y el abuso contra los indígenas, y lo mala que es la comida y la costumbre de vivir en los suburbios en mansiones, como en la que El creció. Y la cultura basura que su país estaba exportando al mundo, destruyéndolo. Lo escuché con atención y sin sorpresa, ese discurso lo conocía, lo había escuchado antes. No lo interrogué sobre la forma en que financiaba su estadía en Europa, sobre la calidad de vida de la clase media en el viejo continente en comparación a los Estados Unidos, tampoco sobre el trato al inmigrante y la pobreza extrema generalizada de los negros europeos y el racismo abierto en contra de ellos. La falta de trabajo y el desempleo crónico del once por ciento en Europa no fue tema de conversación, tampoco los altísimos impuestos. La leyenda negra en contra de los Estados Unidos había penetrado y, dominado la educación superior del país mas poderoso del mundo, sin que se dieran cuenta.

La generación del muchacho que conocí en alguna ciudad de Europa es la que se volcó a las escuelas a educar a los niños, a preparar revolucionarios neo marxistas post modernos que se vuelcan a las calles a destruir su propia historia y reclamar una sociedad de pensamiento único. Los observo ahora destruyendo monumentos de santos y héroes, buscando la cuadratura del circulo y volver la tierra plana.

La leyenda negra en contra de los Estados Unidos es parte del discurso político, y así, como destruyó Hispanoamérica desde dentro, va a echar abajo Estados Unidos, la cultura cristiana de la libertad y del perdón será destruida, y el centro de poder, por primera vez en quinientos años, saldrá de las Américas hacia otro continente.

En esta guerra cultural la confrontación de ideas es indispensable, el que calla es victima y cómplice, así como los que hacen revoluciones de salón y ahora en grupos de redes sociales. La confrontación es cara a cara, esa es la forma mas eficiente o es la única forma se salvar la civilización de la libertad.