lunes, 27 de febrero de 2017

EL FIN DEL INDIGENISMO

El Fin del Indigenismo
Por Jeffrey M. Kihien

El año 1992 se celebraron cinco siglos del descubrimiento de América y el encuentro de dos mundos, una celebración interesante porque la manifestación esencial fue la negación colectiva de uno mismo, la negación de lo hispano y occidental hasta el punto del desprecio. Esta fue la consecuencia directa del pensamiento indigenista, que después de cien años se había instalado en la memoria colectiva del peruano.
Como contradicción, ese mismo año, 1992, el indigenismo sucumbía, la estocada final le fue dada, todo un acontecimiento en una época en que simplemente declararse hispano y occidental podría ocasionar la muerte, una buena tunda o en el mejor de los casos ser insultado públicamente por insensible e ignorante. En 1992 Sendero Luminoso tenía bajo su control la mitad del territorio nacional, y en nombre del comunismo, filosofía totalmente occidental, reivindicaban la tradición histórica indígena del Perú.
En 1992, Juan Carlos Valdivia Cano publicó el ensayo “500 Años de Mestizaje,” alegando con pruebas fehacientes e irrefutables (Valdivia Cano es abogado) que el peruano es totalmente hispano y occidental, y que Francisco Pizarro no conquistó al Perú, sino más bien lo inventó.
Para probar su teoría, una a una, como en una audiencia judicial,  Valdivia Cano nos fue sacando las pruebas secretas que nadie hasta ese momento había podido encontrar. Las pruebas que demostraban que el indigenismo no solamente estaba equivocado, sino que también era una ideología política perversa que conceptúo un sentimiento de inferioridad en varias generaciones de peruanos.
El peruano es español y occidental, dice Valdivia Cano, porque habla español.  ¿Alguien puede refutar esa prueba?  Además es Católico, su derecho es el romano, y su idiosincrasia  deriva de la tradición greco-cristiana. ¿Alguien podría refutar estas pruebas?
Inclusive, menciona Valdivia Cano, los más puros indigenistas, los que creen ser más peruanos que el ceviche, reivindican su indigenismo desde la trinchera de la catedra universitaria, que es un invento occidental y lo hacen en español!
Muchos años después, en el 2015 visite por primera vez España y exploré la Andalucía con dos amigos arequipeños. Fue un shock cultural para mí. España es una copia de Perú, pero más grande y mucho más limpio. La arquitectura era idéntica a la de cualquier pueblo de la sierra del Perú. Arequipa podría ser España, y España podría confundirse con Arequipa.
Cualquiera que niegue su hispanidad se está negando asimismo con un ejercicio perverso de pérdida de identidad. Peligro experimento al cual estuvieron expuestos los peruanos por un siglo, y los conejillos de indias eran los escolares, porque es en el currículo escolar en donde se ensena la historia maligna que todo lo español es malo, y lo inca es bueno y glorioso, y lo ensenan en español después de haber rezado el padre nuestro por la mañana.
Felizmente Juan Carlos Valdivia Cano desnucó 
 al indigenismo en 1992. 

domingo, 12 de febrero de 2017

Carta de Domingo Nieto al Señor Ministro de Estado en el Despacho de Hacienda, Moquegua, 2 de enero de 1843”


Carta de Domingo Nieto al Señor Ministro de Estado en el Despacho de Hacienda, Moquegua, 2 de enero de 1843”
Por Jeffrey M. Kihien
Estoy leyendo el libro “La Guerra Maldita, Domingo Nieto y su Correspondencia.”[1] El título atrajo mi atención inmediatamente por tratarse de las cartas de mi paisano el Mariscal Domingo Nieto. En el colegio había escuchado sobre sus hazañas guerreras y la importancia en la formación de la República Peruana después de la independencia. Ahora puedo afirmar, que sin Nieto el Perú hubiese desaparecido anexado por los recién formados países vecinos.  El Quijote de la Ley y el Ejército Peruano salvaron el Perú.
En la página 258 del tomo 1  aparece la carta mencionada en el título de estas líneas. En el año 1843 era Ministro de Hacienda Antonio G. De la Fuente a él va dirigida la carta que empieza con las siguientes líneas:
“Juzgo conveniente ir participando a vuestra excelencia los datos que voy adquiriendo sobre las causas del descontento de los pueblos del sur y de los remedios de que se puede hacer uso. El sur ciertamente se halla en estado de ruina, que lo compele a empresas atrevidas y funestas  a la organización política. Todos los males de atribuyen al gobierno y a los militares que repiten o intentan revoluciones.” La Guerra Maldita. Tomo I, pág. 258. Mc Evoy, C. 2015
Nieto diagnostica con certeza la falta de seguridad jurídica debido a las constantes revoluciones que los militares realizaban, las mismas que tenían impacto directo en la economía, ocasionando la quiebra de las empresas y desempleo. El párrafo escrito por Nieto se puede aplicar hoy día mismo en muchos países de Latinoamérica.
En otro párrafo explica la producción industrial de Moquegua.
“El departamento de Moquegua subsiste por sus productos naturales, que son los aceites, vinos, aguardientes, salitres, minas de plata y arriería.”Ibid. Pág. 259
“La provincia de Moquegua casi no tiene otro mercado que Bolivia. Produce de 60 a 80 mil quintales de aguardiente, de los  cuales cuatro quintas partes más o menos se expenden en Bolivia.” Ibid.
Un quintal tiene 45Kg, y asumiendo que un litro de aguardiente equivale a un kilogramo, un quintal equivale a cuarenta y cinco  litros de aguardiente. Sesenta mil quintales multiplicado por cuarenta y cinco, equivale a dos millones setecientos mil litros de aguardiente por año.
Ahora, si multiplicamos esa cantidad de producción por el precio de mercado de un litro de pisco a granel en Moquegua, treinta soles, el resultado es ochenta y uno millones de soles anuales al día de hoy. Ese es el equivalente en dinero al día de hoy que entraba a la economía de Moquegua en 1843 por producción de agua ardiente.
Cincuenta años antes, en 1794,  Potosí en Bolivia, una ciudad muy rica por la minería de plata, importó de Moquegua un millón de pesos en aguardiente y cien mil pesos en vino.[2] Había millonarios y familias de nobles en la pujante Villa de Moquegua.
El intercambio comercial entre Moquegua (que incluía en ese tiempo las provincias de Tacna y Arica) y el Alto Perú, se deterioró durante las guerras de independencia contra España. En 1825 el Alto Perú se independiza y adquiere el nombre de Bolivia, en homenaje a Simón Bolívar. El nuevo país de Bolivia impuso tarifas de importación a los productos peruanos dentro de ellos la producción que provenía de Moquegua. Las tarifas restaron competitividad al aguardiente Moqueguano y ocasionó pérdida económica a los productores. La ciudad estaba en crisis. En otro párrafo de la carta Nieto menciona:
“Moquegua con la bárbara alza de derechos hecha en Bolivia y con la internación de licores y vinos extranjeros, se halla en completa nulidad…”
“Para contener la insolencia con que nos traba Bolivia, no quedan sino la guerra, un tratado favorable de comercio o la separación, emanada del estado violento de estos departamentos.” Ibíd. Pág. 261.
Nieto sugiere una guerra contra Bolivia para que abra sus fronteras al comercio peruano, imagino que la desesperación de la ciudad debe haber sido enorme con la economía colapsando generando desempleo y bancarrotas.
Más interesante es el efecto devastador que la independencia del Imperio Español ocasionó en la economía de Moquegua, la cual, al menos en producción vitivinícola no se ha recuperado.



[1] Mc Evoy, C. (2015) “La Guerra Maldita. Domingo Nieto y su Correspondencia 1834-1844.”(2015)Peru. Ministerio de Cultura.
[2] Assadourian, C. S.1983. El sistema de la economía colonial, México, Editorial Nueva Imagen. 367 pp.