martes, 15 de agosto de 2017

La Peligrosa Moda de la Multiculturalidad

La Peligrosa Moda de la Multiculturalidad
Por Jeffrey M. Kihien-Palza


Dentro de las modas ideológicas que son avivadas por políticos e intelectuales no existe otra más peligrosa y dañina que la multiculturalidad. El adjetivo “multicultural” es utilizado y repetido sin el más mínimo análisis sobre las consecuencias que acarrea, más peligroso aun cuando un grupo político se adueña del concepto y lo utiliza como plataforma intelectual para obtener poder.
El multiculturalismo ahonda las diferencias y divide la sociedad en grupos, diferencias simples y cotidianas  que con el correr del tiempo se convierten en irreconciliables, por el motivo que el multiculturalismo obliga a aceptar la cultura del otro, y en muchos casos la obligación es ordenada por ley por el estado interviene.
La idea, por supuesto nace con buenas intenciones, al menos eso es lo imagino. La premisa es que todas las culturas son iguales y tienen el mismo valor. Eso es lo que se presume y se enseña  por orden del estado, sin embargo la historia escrita y la historia práctica (la que observamos cotidianamente) nos muestran lo contrario, sino como se puede justificar que una cultura tiene más éxito que otras, consiguientemente el resultado es que unos países son más desarrollados que el resto del mundo. Si todas las culturas son iguales, todos los países del mundo tendrían que ser desarrollados y civilizados, pero no es así. Esto  va a doler y causar ira al lector: unas culturas son mejores, mucho mejores que otras. Esa es la realidad cotidiana.
Es simple, por otro lado, inventar culturas basadas en diferencias de comportamiento. He escuchado que las violentas fiestas de las cruces de la sierra sur del Perú son parte de la cultura del grupo, en esas fiestas, el alcohol y la violencia con muertes incluidas, se aceptan como una expresión del “Perú profundo,” cualquiera que sea el significado de “Perú profundo.” ¿Es esa una buena práctica cultural? Ustedes pueden responder en privado.
Me ha alertado que las políticas educativas del estado peruano incluyen ahora, por ley y obligación que se enseñen en las escuelas en lenguas nativas, no en castellano, que es el idioma nativo y originario del Perú y en el cual fue fundado por los españoles. Perú se fundó en español, y el Imperio de los Incas en Quechua. La enseñanza en lengua no tiene otro objetivo que la llamada revolucionaria “reivindicación cultural” y se acordó primero en alguna oficina de las Naciones Unidas o Banco Mundial en el Imperio Americano, luego se trasladó la idea al tercer mundo para que la ejecuten. Jamás preguntaron a los padres y mucho menos a los estudiantes que lengua quieren aprender. Y mientras en las ciudades los padres invierten en educar a sus hijos en inglés, en los lugares más atrasados del Perú, el estado peruano obliga a los niños más pobres a estudiar en su lengua nativa, ni siquiera en Castellano, sino en un idioma que muy pocas personas utilizan y que definitivamente no les ayudara a salir de la pobreza. La riqueza en Perú se aglutina en la costa, allí se habla castellano, y para tener éxito hay que hablarlo y escribirlo muy bien, esa es la realidad cotidiana.

La multiculturalidad atomiza un país, y es extremadamente peligrosa, al punto que en una ciudad no quieren aceptar bailes y danzas de otra “cultura” peruana, pero ambas bailan cumbia, electrónica y rock and roll. Si el estado continua con esta sin razón, y lo hace por moda, por ser “moderno y cool” en unas dos décadas Loreto se declarara independiente por segunda vez, los mismo que la nación aymara, quechua, chanka y shipiba, y será motivo para que Arequipa sea libre.

martes, 1 de agosto de 2017

El Individualismo Como Camino hacia la Felicidad

El Individualismo Como Camino hacia la Felicidad


Por Jeffrey M. Kihien-Palza

El  valor moral de la responsabilidad individual ha sido opacado por el altruismo y colectivismo estatal, la consecuencia es que muy pocas personas asumen sus responsabilidades. La mayoría cubre  sus acciones con el manto del colectivismo y el altruismo, y ante un acontecimiento individual, las respuestas y excusas son a nivel colectivo. Se escuchan y leen, por ejemplo, los lamentos; “donde hemos llegado como sociedad,” “la sociedad pide respeto,” “los valores de la sociedad se han perdido,” pese a que el ejercicio fue individual. ¿Qué culpa tengo yo que mi vecino sea racista? No tengo culpa alguna, y si es realmente racista,  ese es asunto  individual y personal, que le compete únicamente a él.

 Basta con poner atención en el uso del lenguaje cotidiano, la mayoría hablan en tercera persona y se atribuyen la representación de un grupo indeterminado de gente o de toda la sociedad, al final uno no sabe a quién representan y en nombre de quien hablan o emiten opinión, porque no lo hacen en nombre propio, no asumen la responsabilidad individual de sus palabras, utilizan a menudo estas frases: “cómo es posible que hayamos llegado a este extremo,”” nuestra sociedad está enferma, “no respetamos el medio ambiente,”” nosotros no nos mereces este trato,” “el país es racista,” ”el país es sexista,” todo un florido lenguaje en tercera persona que personalmente no entiendo. Si un autor dice “el país es racista,” él se  incluye en el grupo, entonces, es más fácil para él y transmitiría mejor su idea si escribe; “soy racista,”” estoy enfermo,” “soy sexista o machista,” esa es responsabilidad individual, un valor que a uno le soluciona muchísima cosas y le abre el camino a la felicidad.
Fracasar y echar la culpa a los demás es no asumir la individualidad. Y ese es un rasgo que se ha vuelto cotidiano en la sociedad universal. Es muy fácil echar la culpa al otro, y ese otro a menudo es la sociedad, que es en realidad un ente gaseoso e indefinido que no existe y para el cual no hay concepto valido.
Los que dicen; “no tengo casa porque la sociedad no me permite tenerla,” han perdido la fuerza de su individualismo, han claudicado a su derecho humano, y le han entregado su individualidad a la inexistente sociedad, que lo tritura y lo tira al hoyo del colectivismo y altruismo estatal. Si estas en un hoyo, no sigas cavando para escapar. Si estas metido en el hoyo del colectivismo, escapa, renuncia a él, rescata tu individualidad.
Solo existe una forma de alcanzar la felicidad, y es a través del individualismo, que consiste en tomar conciencia del espacio, de los derechos y responsabilidades que como ser humano uno tiene, y luego ejercerlas sin temor a nadie ni a nada. No puedes ser feliz flagelándote tú mismo, no puedes ser feliz si te debes por obligación al prójimo, a la sociedad, esa es una malformación del estado que corrompe al ser humano.