martes, 1 de agosto de 2017

El Individualismo Como Camino hacia la Felicidad

El Individualismo Como Camino hacia la Felicidad


Por Jeffrey M. Kihien-Palza

El  valor moral de la responsabilidad individual ha sido opacado por el altruismo y colectivismo estatal, la consecuencia es que muy pocas personas asumen sus responsabilidades. La mayoría cubre  sus acciones con el manto del colectivismo y el altruismo, y ante un acontecimiento individual, las respuestas y excusas son a nivel colectivo. Se escuchan y leen, por ejemplo, los lamentos; “donde hemos llegado como sociedad,” “la sociedad pide respeto,” “los valores de la sociedad se han perdido,” pese a que el ejercicio fue individual. ¿Qué culpa tengo yo que mi vecino sea racista? No tengo culpa alguna, y si es realmente racista,  ese es asunto  individual y personal, que le compete únicamente a él.

 Basta con poner atención en el uso del lenguaje cotidiano, la mayoría hablan en tercera persona y se atribuyen la representación de un grupo indeterminado de gente o de toda la sociedad, al final uno no sabe a quién representan y en nombre de quien hablan o emiten opinión, porque no lo hacen en nombre propio, no asumen la responsabilidad individual de sus palabras, utilizan a menudo estas frases: “cómo es posible que hayamos llegado a este extremo,”” nuestra sociedad está enferma, “no respetamos el medio ambiente,”” nosotros no nos mereces este trato,” “el país es racista,” ”el país es sexista,” todo un florido lenguaje en tercera persona que personalmente no entiendo. Si un autor dice “el país es racista,” él se  incluye en el grupo, entonces, es más fácil para él y transmitiría mejor su idea si escribe; “soy racista,”” estoy enfermo,” “soy sexista o machista,” esa es responsabilidad individual, un valor que a uno le soluciona muchísima cosas y le abre el camino a la felicidad.
Fracasar y echar la culpa a los demás es no asumir la individualidad. Y ese es un rasgo que se ha vuelto cotidiano en la sociedad universal. Es muy fácil echar la culpa al otro, y ese otro a menudo es la sociedad, que es en realidad un ente gaseoso e indefinido que no existe y para el cual no hay concepto valido.
Los que dicen; “no tengo casa porque la sociedad no me permite tenerla,” han perdido la fuerza de su individualismo, han claudicado a su derecho humano, y le han entregado su individualidad a la inexistente sociedad, que lo tritura y lo tira al hoyo del colectivismo y altruismo estatal. Si estas en un hoyo, no sigas cavando para escapar. Si estas metido en el hoyo del colectivismo, escapa, renuncia a él, rescata tu individualidad.
Solo existe una forma de alcanzar la felicidad, y es a través del individualismo, que consiste en tomar conciencia del espacio, de los derechos y responsabilidades que como ser humano uno tiene, y luego ejercerlas sin temor a nadie ni a nada. No puedes ser feliz flagelándote tú mismo, no puedes ser feliz si te debes por obligación al prójimo, a la sociedad, esa es una malformación del estado que corrompe al ser humano.


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