domingo, 24 de enero de 2016

Los Intelectuales



Los Intelectuales
       

  Me parece – y no voy afirmar absolutamente nada porque no soy un intelectual- que desde que la escritura y la lectura se volvieron masivamente accesibles a la sociedad con la Revolución Industrial, inmediatamente la civilización vio nacer una nueva especie humana que se autodenomino como “intelectuales.”
     



       El intelectual es un opinologo, que algunas veces maneja muy bien la palabra escrita y tiene un discurso bien articulado. Existen intelectuales de varios tipos, desde los “intelectuales de salón” como los llama Mario Vargas Llosa, que caminan con un libro bajo el brazo, y constantemente citan autores y nos dicen que es lo que están leyendo, y orgullosamente mencionan títulos de libros y se hinchan de ego.
            Tom Wolfe, escritor norteamericano autor la novela “Back to Blood” (Vuelta a la sangre, menciona que el intelectual, o la clase intelectual comenzó a aparecer en los principios del siglo veinte. Wolfe define al intelectual como una persona “que tiene conocimiento sobre una materia específica, pero habla como un experto  únicamente sobre otras materias de las cuales mayormente desconoce.” Y hablan bien, articulan muy bien, pero no fundamentan. A estos personajes la sociedad les llama intelectuales, o ellos mismos se autodenominan así. Y en realidad no contribuyen en nada o muy poco al desarrollo de la sociedad. Lo que es más extraño aun es que personas que con su genio y trabajo si han contribuido, y muchísimo, al desarrollo de la sociedad, no se les ha elevado al “santísimo pedestal de intelectual.” Nadie considera un intelectual a Steve Jobs, Bill Gates, y en Perú a Dionisio Romero, los Belmont o los Añanos, u otras personas que crean empresas, dan empleo y tienen mucho éxito. Sin embargo, un actor o un cantante que se pone a opinar y dar fórmulas mágicas para mejorar la sociedad es inmediatamente considerado un intelectual, sin embargo sus fórmulas mágicas no tienen sentido, son inaplicables.
            Al intelectual le apesta todo, se indigna del progreso de la sociedad y del éxito individual, porque piensa –si es que eso es pensar- que el otro no merece el éxito, ni el dinero que tiene porque no ha leído los libros que El sí. Allí se indigna más, y con su indignación nacen sus opiniones, sobre que es bueno para la sociedad y que es malo. Se indignan de la televisión, y llaman basura a todo lo que no les gusta, y si te descubren viendo uno de esos “programas basura” o leyendo un libro con dibujitos, inmediatamente te tildan de ignorante. Esos son los intelectuales, se consideran ellos mismos el alma de la sociedad y la moral suprema.
            La humanidad, sobre todo durante el siglo XX, ha experimentado que la furia de los intelectuales con poder. Hitler era un intelectual que arrastro al mundo entero hacia otra odio contra otra cultura, lo mismo sucedió con Mao en China, y Stalin y Lenin en Rusia, y Fidel Castro en Cuba, con decenas de millones de muertos, y solamente porque no se alienaban a su pensamiento. Y aquí en Perú, Abimael Guzmán,  otro intelectual que nos dejó marcados para siempre con su doctrina de odio. Hay que tener cuidado, el intelectual quiere que pienses y actúes como el, o mejor dicho quiere que no pienses, el pensara por ti porque tú no puedes. 

martes, 12 de enero de 2016

IDEOLOGIA

Ideología
Por Jeffrey M. Kihien Palza
Ud., que se atreve a leer estas líneas por la curiosidad del título, y que seguramente pensó que esta “libre de ideología,” le tengo que informar que no lo está. Ud., tiene ideología como la tienen todas las personas con las que interactúa diariamente desde el día que nació.
Nadie, absolutamente nadie escapa a la ideología. Esta empieza a formarse en el subconsciente individual apenas nacemos, y nos es transmitida por nuestro entorno familiar, los valores familiares son ideológicos totalmente. Solamente observa como ciertas conductas, buenas y malas,  se repiten generación tras generación dentro de un clan familiar. La ideología es fundamental en el desarrollo individual, y es al final la que define el éxito en una persona y en una sociedad. El “espíritu de un pueblo” es ideológico totalmente, y está en constante ataque.
La ideología política, a la cual tampoco nadie escapa, a pesar que también muchos dicen románticamente estar “libre de ideologías,” es indispensable al momento de elegir a los líderes en elecciones libres y en estado de derecho, justamente las que vamos a tener este año en Perú. Por eso resulta más que curioso, observar a los políticos y líderes peruanos unirse a grupos infinitamente lejanos a la ideología que profesan y defienden, y puedo afirmar que el cambio de mascara solamente obedece al impulso por conservar su poder y sus ambiciones personales, no les importa mínimamente los intereses de la sociedad.
La ideología política que un candidato ofrece, son como los ingredientes que el elector revisa antes de comprar un producto. El elector no adquiere un producto que sabe le ocasionara daño o que no cumple con las expectativas de su inversión. Del mismo modo, el elector piensa en la ideología del candidato antes de votar. Sin embargo, las circunstancias que estamos observando con las nuevas alianzas políticas que unen candidatos y partidos ideológicamente irreconciliables, me lleva a pensar que la democracia peruana esta nuevamente en un punto de quiebre.
En el ejercicio del poder, cualquiera de los candidatos que sea elegido, el resultado será mediocre. Un candidato con ideología de libre mercado, asociado a otro que cree fervientemente en la intervención estatal en todas las actividades humanas, indudablemente no se pondrán de acuerdo. Por ejemplo, Julio Guzmán, el outsider, con algunas ideas de libre mercado, se une a un estatista a ultranza como el congresista Daniel Mora, el mismo que destruyo lo poco que se ha avanzado en educación superior con la promulgación de la Ley Universitaria. ¿Cómo sería un gobierno de Guzmán? ¿Estatista, con muchos impuestos e intervención estatal en la creación de riqueza y libre empresa?. Quien puede despejar esas dudas.
Lo mismo con la alianza PPC/APRA, dos partidos diametralmente opuestos, y que hasta hace poco intercambiaban diatribas de fuerte tono. Ahora se unen para sobrevivir políticamente, y no perder su cuota de poder. Alan que es de izquierda, con el PPC, un partido de derecha, temeroso de decirlo y portarse como tal.
Y todos los partidos y políticos están buscando su conveniencia. Como sobrevivir y seguir viviendo del estado de tus impuestos. Yo por mi parte, estoy buscando el candidato que diga que promoverá la libre empresa, que dejara al peruano crear riqueza y empleo y no lo boicoteara con permisos e impuestos, y que hará cumplir el estado de derecho y la ley sin ninguna duda. ¿ Dónde esta ese líder que no lo encuentro todavía?