Jeffrey M. Kihien
No estoy sorprendido por los personajes que postulan democráticamente a
un cargo público en el Perú. Ni siquiera los calificaría como políticos y demócratas
en el estricto sentido de la palabra, porque un político cuida su imagen y se
somete asimismo a tener una conducta intachable, tanto pública como privada, y
un demócrata defiende la libertad individual sobre todas las cosas, aquella que
está en constante amenaza por el estado. Por eso digo que la mayoría de los
candidatos son oportunistas, triviales mayormente, que ven la oportunidad celestial
postulando a un cargo público, y quizás los elijan, total no pierden nada. Los
que perdemos somos nosotros.
Que sean oportunistas no es lo que más me asusta, y sí que asustan, sino
más bien sus propuestas. No he escuchado a ningún candidato hablar sobre la creación
de riqueza, sino todo lo contrario, como
repartir la riqueza que ya está creada. En pocas palabras “meterle la mano al
bolsillo a Pepe para dársela a Pedro.” Ofrecen casas, sueldos vitalicios,
pensiones para todos, y todo toditito “gratis,” sin embargo, el elector que entiende
algo de economía sabe que no hay nada gratis, es imposible que sea gratis,
alguien con su trabajo y su riqueza está pagando por todo lo “gratis” que
ofrecen los candidatos. Es que es bien fácil ser generoso con la plata de otro,
en este caso la plata del ciudadano que es apropiada por el Estado peruano, para
luego ser mal usada creando clientelismo político. Y todo lo hacen en nombre
del “Pueblo” por eso me asusta cada vez que escucho esa frase.
Hay un candidato a la presidencia que me ha llamado la atención, el que
ofrece “renegociar Camisea,” el candidato quiere cambiar el contrato que se firmó
libremente entre las partes justamente ahora que el proyecto está operando, y lo hace usando otra frase macabra “que el
contrato va contra los intereses del Perú.” En estos años, en que la inversión internacional
se retira de los países emergentes como el Perú, ponerse a hablar de “renegociar”
un contrato es dispararse a los pies, ocasiona que sea aún más difícil atraer inversión
al país, mucho más en un área tan complicada como el gas y petróleo. Qué difícil
es crear riqueza en el Perú. Ese mismo candidato, con el aura de santo y buen
verbo casi se corta las venas al mencionar que en una región minera como
Cajamarca se encuentren el mayor porcentaje de niños desnutridos, y culpa a la
empresa privada, a la minería. Yo le digo al Sr. Candidato que si los niños están
desnutridos es culpa de los padres, de quien más es la culpa, y que en las
regiones mineras del sur, Tacna, Moquegua y posiblemente Arequipa no hay desnutrición
infantil, porque en el sur los padres son responsables.
Así están las cosas. Yo voto con
la mano en el bolsillo, daré mi voto al candidato que ofrezca fórmulas para
crear riqueza, para que el ciudadano progrese con su trabajo y no esperando que
el Estado le quite a otro para dárselo a él como soborno, con la oscura
finalidad de mantenerlo pobre e ignorante para siempre.
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