Por Jeffrey Kihien-Palza
En política paisano, las
casualidades no existen, así como tampoco el azar. La mayoría, si no todas las
tareas de campaña están fríamente calculadas. Cada acción tiene que producir
una reacción, siendo la meta alcanzar el
poder y conservarlo por el mayor tiempo posible, la vías para alcanzar el poder
pueden ser democráticas o por la fuerza. En la última década estamos siendo
testigos de dictaduras comunistas (Socialismo del Siglo XXI) que llegaron al
poder por la vía democrática, y luego, haciendo uso del estado destruyeron las
instituciones democráticas para quedarse en el poder. Una de las formas más fáciles
de usar el estado para fines políticos y acaparar el poder es mediante el
populismo. La izquierda, como fieles
seguidores ideológicos de Lenin, lo sabe muy bien, creen fehacientemente que
“salvo el poder, todo es ilusión.” Lo demás no les importa, solo el poder les
llena el vacío existencial.
La Gran Transformación hacia
el Socialismo del Siglo XXI continúa su rumbo. La posta del proyecto es tomada
por las sucursales del poder que el Partido Nacionalista de los Humala ha
abierto. Las sucursales son varias, algunas fundadas entre gallos y medianoche,
otras reciclándose para obtener el voto del odio y antisistema, la variante es
la misma, todos nacieron del mismo vientre. Julio Guzmán, el candidato
improvisado que no pudo siquiera realizar una inscripción de acuerdo a ley, un
hijastro de los Humala, un heredero mayor que murió a temprana, edad. Otros son
Julio Cerrón y Gregorio Santos, hijos de menor calibre y ambos anti
sistema. La heredera, la hija predilecta
y de confianza, la amanuense de la pareja presidencial, la pieza del ajedrez
que salvara a la pareja presidencial y a ella misma de la cárcel y el escándalo
de corrupción internacional de la mafia socialista, Verónika Mendoza, la chica rebelde que no cree
en la democracia, pero la utiliza como mecanismo para llegar al poder. Lenin
también decía; “es una verdad el que con frecuencia en política se aprende del
enemigo." El enemigo le brinda la democracia en bandeja al comunismo para
que se perpetúen en el poder, y se enriquezcan. Allí están los ejemplos, los
Humala, los Kirchner en Argentina, Evo en Bolivia, Chávez y Maduro en
Venezuela, Correa en Ecuador, y Lula y Rouseff en Brasil, todos parte del
Socialismo del Siglo XXI y parte de la historia del fracaso latinoamericano. Latinoamérica
no aprende de sus errores.
Verónika Mendoza es la hija
heredera de la pareja presidencial, ella es la encargada de continuar con la
Gran Transformación, pero esta vez será más profunda. Su mano derecha es el
comunista anti minero Marco Arana, el incendiario líder marxista que contrata
grupos violentos para desestabilizar el país, y luego cobrar cupos a la
población y a la empresa privada, allí están las pruebas de lo que sucedió con Tía
María y la millonaria extorsión a la Southern Perú. De eso viven, ahora
imagínense a esta pareja con poder. Nadie estará a salvo, absolutamente nadie.
La Gran Transformación ya
inicio su gesta violenta, con grupos armados atacando a los otros candidatos y
campañas abiertas de difamación. Todo esto es financiado por la pareja
presidencial, allí tienen que meter plata, es indispensable para ellos mantener
su cuota de poder para evitar la cárcel que se aproxima como una tormenta
inevitable.
La Gran Transformación de
Veronika Mendoza y Marco Arana ya anuncio que cambiara la constitución, nada
más dañino para el país que ese cuento descabellado, justamente ahora que la economía se retrae
aceleradamente y la creación de empleo se detiene. No hay chamba por culpa de
la Gran Transformación de la pareja presidencial y del comunismo de la nueva pareja
presidencial Veronika Mendoza y Marco Arana.
Fue un error elegir a los
Humala, pero así es la democracia, hay que respetarla, porque a pesar de sus
errores es lo mejor que tenemos. Pero ahora, después de la experiencia de los
últimos cinco años, con un gobierno ineficiente y corrupto, de líderes que
mienten descaradamente, y han quitado el
pan de la boca de millones de peruanos, votar nuevamente por la Gran Transformación,
el peor gobierno de la era post Fujimori, es un pecado que asegura el infierno. La nueva
pareja presidencial Veronika y Marco no se merecen siquiera un congresista, ni
una alcaldía, porque su meta es empobrecer al peruano para poder controlarlo
con dadivas, como vales para que pueda abastecerse de dos rollos de papel higiénico
y un kilo de arroz por mes, tal cual sucede en Venezuela y en Cuba.. Esa es mi
opinión.