En la década de los ochentas
los peruanos estábamos obligados a celebrar cada 9 de Octubre, el Día de la Dignidad
Nacional. La festividad tenía que ser también analizada en los colegios porque
era parte del currículo escolar de aquellos años. Sin embargo su origen era un
mito, una explicación no racional de lo que realmente sucedió esa fecha.
El tres de Octubre de 1968,
faltando meses para que concluya el primer gobierno constitucional de Fernando
Belaunde Terry, el General Juan Velasco Alvarado dio un golpe de estado y lo saco de palacio de gobierno en pijamas. La
infamia política utilizada como excusa para el golpe de estado, fue la perdida
de una página de un borrador de contrato (Acta de Talara) que se había negociado
con la International Petrolean Company (IPC), para que esta última le pague más
impuestos al estado peruano por el petróleo que extraía de los yacimientos petrolíferos
de la Brea y Pariñas en Piura. La página perdida, dio inicio a la fábula política
conocida como “La Página Once,” con canción
incluida y arrebatos retóricos candentes, fue la munición para terminar con la
democracia e iniciar el nefasto gobierno comunista del general Velasco, el cual
destruyo el país. Velasco fue un Hugo Chávez peruano, hasta mucho peor creo yo.
El nueve de Octubre del mismo año, el ejército
ingresa a la Brea y Pariñas e ilegalmente toma posesión de las instalaciones desconociendo
los contratos firmados entre el Perú y la empresa privada. Ese acto inicio la
marea de expropiaciones en el país. El estado Peruano tuvo que indemnizar a la
IPC con más de 600 millones de dólares de la época, mucho más del valor real de
los campos petrolíferos que ya estaban a punto de secarse y de la refinería de petróleo.
Ese acto ilegal y matonesco
del 9 de Octubre dio inicio a la celebración del “Día de la Dignidad Nacional,”
la dignidad de romper un contrato y el estado de derecho en el Perú, y todo por
motivos políticos, para justificar un golpe de estado y envilecerse con poder.
La historia se está repitiendo,
antes fue la Brea y Pariñas, ahora es el gas de Camisea. El floro perverso es
el mismo “nos están pagando muy poco,” “la empresa está robando al pueblo peruano,” “hay que
nacionalizar el gas,” ”hay que renegociar el contrato.” Y el abanderado de esta
propuesta ilegal es el candidato de Acción Popular, don Alfredo Barnechea. La
paradoja del tiempo es que el fundador de Acción Popular, Fernando Belaunde fue
derrocado con la excusa también de que la empresa privada “pagaba muy poco” por
el petróleo que extraía de la Brea y Pariñas, y eso era falso, totalmente falso.
En mi opinión la perversa fabula política se está formando nuevamente, y será usada
para quebrar el estado de derecho para que algún politiquero tome el poder.
Ningún país en el mundo ha
logrado desarrollarse sin estado de derecho. El estado de derecho requiere que
se cumpla la ley, porque para bien o para mal es la ley y punto, no hay
tolerancia para quien la quiebra, mucho menos para el político que se abandera
con una propuesta ilegal como la de desconocer los contratos firmados por el
estado peruano con empresas privadas.
Obligar a la contraparte a
cambiar las cláusulas del contrato es ilegal, y tratándose de un contrato con
una empresa internacional las consecuencias son mucho peores porque ahuyenta la
inversión extranjera. La inversión privada crea riqueza y trabajo, y es escasa
en todo el mundo, atraerla a invertir al Perú es tarea difícil, porque aquí un
grupo violento fácilmente quiebra el estado de derecho, y paraliza una inversión
millonaria, con el único objetivo de sacar algún provecho político o
pecuniaria, y eso lo podemos ver con los líderes anti mineros que ahora quieren
vivir a expensas del fisco. Alfredo
Barnechea es un anti minero solapado, esa es la imagen que está proyectando. ¿Que estara pensando el arquitecto Belaunde desde el mas haya?
https://youtu.be/k7OuxDw47hI
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