Mesas
de Dialogo o Mesas de Extorsión
Por Jeffrey M. Kihien-Palza
Las mesas de dialogo se
crearon como un mecanismo de información e intercambio de ideas entre los
participantes. Como su nombre lo explica claramente, sirve para dialogar, para
intercambiar información y puntos de vista, y si es posible llegar a un punto
de convergencia. Este punto de convergencia tampoco es de obligatorio
cumplimiento, lo vuelvo a repetir, es una mesa de dialogo, en donde las partes
participantes únicamente conversan.
Lo que esta sucediendo en la
práctica, es que las mesas de dialogo se han convertido en asambleas, en donde
una parte le exige a la otra, bajo amenazas, que cumpla con un pliego de
reclamos y exigencias. Y si no lo hace utilizaran la fuerza, o “medidas de
lucha,” como también la llaman. Estas exigencias son totalmente ilegales, y las
“medidas de lucha” como la toma de carreteras, secuestros, toma de campamentos
mineros son delitos penados con cárcel. Entonces el mismo hecho de amenazar se
convierte en extorsión, simple y pura extorsión.
La mesa de dialogo que se
celebra con la empresa Southern Perú Copper Corporation, desde hace tiempo se
ha convertido en una asamblea política, en donde la empresa privada es colocada
en una hoguera a punto de ser encendida. Lo que no entienden los asambleístas,
es que Southern es la gallina de los huevos de oro, y lo que es mucho más
importante, es que Southern no tiene la obligación de sentarse a escuchar a los
asambleístas, ni mucho menos hacer caso a sus exigencias. Southern cumple con
lo que la ley manda, el apoyo monetario como abono a la “deuda social” es un invento para extorsionar a la empresa
privada en el Perú. Southern puede decir no les doy ni un centavo, y legalmente
nadie le puede exigir.
Lo que hacen las mesas de
dialogo es ahuyentar la poca inversión privada
que el Perú recibe, porque después de sortear los innumerables permisos, la
burocracia acompañada de coimas, la inestabilidad política y económica, que son
tareas titánicas, aparecen los políticos con el invento de las mesas de
dialogo, o como yo las llamo mesas de extorsión, para hacer más difícil aun la creación
de empresa formal y empleo en el país de los incas.
Paradójico también, es que
en la mesas de dialogo las autoridades elegidas democráticamente pasan a
segundo plano, y los que convierten el dialogo en asambleas son politiqueros
que juntan un grupo de amigos y crean un “frente de lucha” o un “colectivo”, cuatro gatos techeros y belicosos, y convierten el diálogo en una herramienta de intimidación
política. Amenazan a las autoridades elegidas democráticamente, y las amenazas
son públicas, eso es risible. Menos mal, y para bien de la región Moquegua, que
los alcaldes han decidido darle la espalda a los gatos techeros, y no
participar en las mesas de extorsión. Muy bien, los alcaldes no tienen que dejarse
intimidar, a ellos los eligió el pueblo, a los gatos techeros nadie los ha
elegido, su poder radica únicamente en la intimidación política. La intimidación
termina cuando les dices en su cara pelada, “no te tengo miedo,” allí acaba la
cosa.
Bienvenida la inversión privada
a la región Moquegua, bienvenida la inversión minera. Moquegua is Open for
Business, ese es el mensaje que tenemos que dar, y los alcaldes tienen la obligación
de tomar ese liderazgo.