martes, 13 de diciembre de 2016

Mesas de Dialogo o Mesas de Extorsion

Mesas de Dialogo o Mesas de Extorsión
Por Jeffrey M. Kihien-Palza
Las mesas de dialogo se crearon como un mecanismo de información e intercambio de ideas entre los participantes. Como su nombre lo explica claramente, sirve para dialogar, para intercambiar información y puntos de vista, y si es posible llegar a un punto de convergencia. Este punto de convergencia tampoco es de obligatorio cumplimiento, lo vuelvo a repetir, es una mesa de dialogo, en donde las partes participantes únicamente conversan.
Lo que esta sucediendo en la práctica, es que las mesas de dialogo se han convertido en asambleas, en donde una parte le exige a la otra, bajo amenazas, que cumpla con un pliego de reclamos y exigencias. Y si no lo hace utilizaran la fuerza, o “medidas de lucha,” como también la llaman. Estas exigencias son totalmente ilegales, y las “medidas de lucha” como la toma de carreteras, secuestros, toma de campamentos mineros son delitos penados con cárcel. Entonces el mismo hecho de amenazar se convierte en extorsión, simple y pura extorsión.
La mesa de dialogo que se celebra con la empresa Southern Perú Copper Corporation, desde hace tiempo se ha convertido en una asamblea política, en donde la empresa privada es colocada en una hoguera a punto de ser encendida. Lo que no entienden los asambleístas, es que Southern es la gallina de los huevos de oro, y lo que es mucho más importante, es que Southern no tiene la obligación de sentarse a escuchar a los asambleístas, ni mucho menos hacer caso a sus exigencias. Southern cumple con lo que la ley manda, el apoyo monetario como abono a la “deuda social”  es un invento para extorsionar a la empresa privada en el Perú. Southern puede decir no les doy ni un centavo, y legalmente nadie le puede exigir.
Lo que hacen las mesas de dialogo  es ahuyentar la poca inversión privada que el Perú recibe, porque después de sortear los innumerables permisos, la burocracia acompañada de coimas, la inestabilidad política y económica, que son tareas titánicas, aparecen los políticos con el invento de las mesas de dialogo, o como yo las llamo mesas de extorsión, para hacer más difícil aun la creación de empresa formal y empleo en el país de los incas.
Paradójico también, es que en la mesas de dialogo las autoridades elegidas democráticamente pasan a segundo plano, y los que convierten el dialogo en asambleas son politiqueros que juntan un grupo de amigos y crean un “frente de lucha” o un “colectivo”,  cuatro gatos techeros y belicosos, y  convierten el diálogo en una herramienta de intimidación política. Amenazan a las autoridades elegidas democráticamente, y las amenazas son públicas, eso es risible. Menos mal, y para bien de la región Moquegua, que los alcaldes han decidido darle la espalda a los gatos techeros, y no participar en las mesas de extorsión. Muy bien, los alcaldes no tienen que dejarse intimidar, a ellos los eligió el pueblo, a los gatos techeros nadie los ha elegido, su poder radica únicamente en la intimidación política. La intimidación termina cuando les dices en su cara pelada, “no te tengo miedo,” allí acaba la cosa.
Bienvenida la inversión privada a la región Moquegua, bienvenida la inversión minera. Moquegua is Open for Business, ese es el mensaje que tenemos que dar, y los alcaldes tienen la obligación de tomar ese liderazgo.




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