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La Estaban Haciendo Linda
Por Jeffrey M. Kihien-Palza
Uno no tiene porqué negarlo
ni tampoco ofenderse, la coima es una práctica generalizada en la sociedad
peruana, no voy a decir que es una costumbre o parte de la idiosincrasia del
país, porque eso si me hace sentir muy mal. No conozco ninguna institución del
estado peruano en donde las coimas no sean parte de la realidad cotidiana. Uno
se va enterando a lo largo de los años por comentarios de los amigos quien es
el coimero, quién podría serlo, y cuál es el rey de la coima. Y para que sepan
los coimeros, todos, absolutamente todos hablamos a sus espaldas y les llamamos
coimeros. No interesa que inviten el trago e inviten a sus fiestas, igual en
conversaciones privadas lo llamaran el coimero.
Las historias de los
coimeros abundan, hay crónicas orales que pueden convertirse en películas, y la
coima se puede producir en la oficina de minúsculo rango administrativo, y
ahora como vemos, llegar hasta palacio de gobierno.
El caso de los políticos
coimeros es más interesante, ellos saben que es lo que sucede, saben también
que la administración anterior utilizó su poder para solicitar coimas pero no
actúan con la ley para limpiar el sistema. Lo que sucede es que como el sistema
de la corrupción está establecido, ellos, los políticos que recién son elegidos
quieren también utilizarlo, ¿y por qué no, si saben que nada les sucederá?
Saben que sus sucesores utilizaran también el sistema de corrupción y nadie los
denunciara.
Eso es exactamente lo que
sucedió con los tres últimos presidentes del Perú. Alejandro Toledo, Alan
García y Ollanta Humala, ellos encontraron el sistema de corrupción que
Odebrecht, Camargo y Correa y OAS habían implementado y consolidado en Perú. El
sistema de corrupción de los brasileños incluía a empresas constructoras peruanas, medios de
comunicación, periodistas, universidades, partidos políticos, artistas,
estudios de abogados e ingenieros, ONGs y en algunos lugares hasta jueces y
fiscales. Una red de corrupción global, incentivada por el presidente Lula da
Silva de Brasil y su agenda de socialismo del siglo XXI.
Nada hubiese sucedido, las
coimas brasileñas nunca se hubiesen descubierto, si no fuese por el escándalo
Lava Jato que obligó a Marcelo Odebrecht, uno de los hombres más ricos del
mundo, y condenado a 19 años de cárcel, a delatar a las personas que recibieron
coimas.
Mala suerte tuvieron los ex
presidentes peruanos, la estaban haciendo linda, los brasileños los tenían como
caseritos, y la débil justicia peruana jamás los iba a tocar. El mismo
presidente Toledo y su mansión de cuatro millones y medio de dólares pagada al
contado, el mismo que al ser descubierto dio varias explicaciones fantásticas,
todas falsas. La fiscalía del Reino Unido ya confirmó que su súper amigo, el
que le presto 20 millones de dólares recibió coimas de los brasileños. Toledo
esta re frito, ya debería estar preso, la evidencia en su contra es abrumadora,
pero estamos en Perú.
Mas salados aun los
presidentes peruanos, la estaban haciendo linda, al final Brasil es país del
tercer mundo, la podían pelear, pero cuando los fiscales de New York se
enteraron de las coimas por la prensa, y de la investigación Lava Jato,
inmediatamente llamaron a los gerentes de las constructoras para que explicaran
qué sucedió con lujo de detalles, y los pajaritos empezaron a cantar. Con la justicia gringa no se juega, ahora si
los presidentes peruanos están en serios problemas.
La pasividad e inacción de
PPK frente a este escándalo desespera, Él fue el que le entregó la millonaria
obra de la transoceánica a Odebrecht, y su viceministro fue Fernando Zavala. Quiero
pensar que ellos no sabían de la cultura de la coima y que sus nombres no
aparecerán en algún reporte judicial de
Brasil, USA o Suiza. Ojala que no.
Por el momento Alejandro
Toledo y los Humala Heredia están empapelados hasta el cuello, la evidencia en
su contra es abrumadora. La justicia tiene que actuar con celeridad. Con Alan
es diferente, estoy seguro que habrá apristas que se inmolaron para salvar a su
líder. Los fiscales y jueces tienen que ser héroes civiles y aplicar la ley. Es
urgente.
¿Y en Moquegua cuándo?
¿Cuándo metemos presos a todos los coimeros? Sabemos quiénes son, es un
secreto a voces. Sabemos cómo operan, cómo se cobran los cupos. Necesitamos
héroes civiles, policías, abogados, jueces y fiscales que limpien la ciudad de
la escoria que se ha apoderado de las instituciones, y ya van varios años y
todo sigue igual.
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