Pandemia y el fin de la Profesión de Maestro
Por Jeffrey M.
Kihien-Palza
Abogado. UPT. LLM.
American University.
LDP.MBA. Johns Hopkins University.
La educación a distancia
tomó impulso en el siglo dieciocho con la estandarización del servicio de
correo postal. La nueva tecnología -el correo postal- permitía acceder a la educación
sin necesidad de atender clases y a un precio muy accesible. Este tipo de educación
se fue adaptando a las nuevas tecnologías, primero al telégrafo, luego a la
radio y la televisión.
A lo largo de su larga
historia, la educación a distancia era considerada de menor calidad que la educación
socrática, la del aula en colegios y universidades. Era vista con cierto desdén
y recelo, es que exige un alto grado de disciplina y honestidad por parte del
alumno. Quizás la honestidad sea el factor que no permitió que su utilización se
masifique globalmente, sin embardo no desapareció.
En 1999 la educación a
distancia se adaptó a la nueva tecnología digital, la internet le abría un
nuevo abanico de oportunidades, con el “e-learning” como se le bautizó, el
alumno y el profesor podían interactuar en tiempo real, es una experiencia mas
cercana a la del aula.
Para 2019, las
universidades mas reconocidas del planeta ofrecían cursos y diplomas a distancia,
no importaba en que lugar del planeta el alumno se encuentre, educación masiva
y de calidad, dependiendo del alumno, por supuesto. Aun así, el método tradicional
de enseñanza en las aulas seguía utilizándose con mucho vigor, el contacto con
el maestro era la atracción, hasta que en Marzo 1 del 2020 occidente se apagó,
las democracias occidentales suprimieron los derechos fundamentales básicos prohibiendo
directa o indirectamente la congregación de alumnos y maestros en las aulas.
Occidente prohibió la educación socrática después de miles de años.
La reacción de la
industria educativa global fue adoptar inmediatamente el e-learning, el 100% de
la educación en occidente se desplazó a la internet, obligada por las
circunstancias de una pandemia que se divide entre lo real y lo imaginario, o lo
real y la farsa.
El algoritmo, invento
del siglo IX, es básicamente una ecuación matemática que resuelve un problema
limitado por las variables que suministramos, ese algoritmo es la base de la
inteligencia artificial (IA), para explicarlo sencillamente, el algoritmo es la
piedra fundamental de las computadoras, del cerebro de la computadora.
Cada uno de los
usuarios de una computadora tiene un algoritmo, ese algoritmo va desarrollándose
a medida que uno interactúa con él. El teléfono que tienes en las manos, por
ejemplo, contiene tu algoritmo, y si te has dado cuenta el corrector de
palabras te sugiere el lenguaje que tu acostumbras a usar. Lo mismo sucede
cuando participas en las redes sociales, tu algoritmo se conecta con otros en
la nube virtual para sugerirte opciones que te agradan. Como por arte de magia
si te interesa correr, tu algoritmo te conecta con el algoritmo de Adidas. Si
te interesa la historia, tu algoritmo te alimenta con documentales y libros
sobre el tema. Tu algoritmo se adelanta a ti, sabe como piensas y que es lo que
te hace feliz.
La pandemia ha forzado
a occidente a cambiar su matriz educativa, la matriz ya no es el maestro, mas
bien el algoritmo personal. A cada niño se le asigna uno (con la Tableta o
computadora), el mismo que irá evolucionando a medida que el niño interactúa
con él. El algoritmo se convierte en IA, en un maestro en si mismo capaz de
detectar los ciclos y cambios en la personalidad de su reflejo, el humano. En
este momento el algoritmo te hace recordar que medicinas tomar, que comer, cual
es la música que mas te gusta y a que hora del día, he inclusive mantener una conversación
humano contigo.
La perspectiva de que
la IA va a reemplazar al maestro es latente. El maestro será el algoritmo, un
maestro privado para cada ser humano, que lo acompañará desde el nacimiento
hasta la muerte, posiblemente estamos siendo testigos del fin de la escuela y
de la universidad tradicional, no existe otra vía por el momento, si estas
encerrado en tu casa prohibido de realizar las interacciones humanas que
desarrollabas hace solo cinco semanas.
La educación, dentro de
esta perspectiva, ya no la ofrece el estado, mas bien las corporaciones globales
que serán capaces de crear la historia que ellos elijan. El maestro, no será el
personaje local, respetado y adorado por la comunidad y sus alumnos, sino más
bien un holograma, una voz, cercana y presente al mismo tiempo, y a un costo
muy bajo para los gobiernos. No mas planillas, la automatización de la educación,
que parecía imposible precisamente por el factor maestro, por el contacto
humano del maestro, ha desaparecido. Es que esta crisis ha sido diseñada para
prohibir el contacto humano. La industria de IA y robótica han encontrado la
puerta abierta a la cuarta revolución industrial. Que dirían mis padres que
fueron maestros.
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