Por Jeffrey M. Kihien-Palza
El éxito de los atentados
terroristas no se mide por el número de víctimas o por la cantidad de daños
ocasionados, sino más bien por el resultado político que pudiere tener. Si el
acto terrorista alcanza el objetivo político para el cual fue diseñado, este se
considera un éxito. Precisamente un acto terrorista, el asesinato del
Archiduque Francisco Fernando, heredero al trono del Imperio Austro- Húngaro,
el 28 de Junio de 1914, ocasiono la masacre de la primera mundial. Un solo
atentado terrorista desencadeno la muerte de hasta 30 millones de personas. Digo hasta; porque los expertos no se ponen de
acuerdo sobre el número total de víctimas.
El 11 de Marzo del 2004,
tres días antes de las elecciones Españolas, supuestamente una rama del grupo
terrorista Al Qaeda coloco cuatro bombas en el metro de Madrid. Las victimas
llegaron a 193. El objetivo político del atentado era evitar que el Partido
Popular (PP) ganara las elecciones y se
reeligiera, ya que las encuestas lo daban como ganador. A raíz
del atentado el Partido Social Obrero
Español (PSOE) ganó las elecciones por un margen de %4.9 de los votos. José
María Aznar, del PP, presidente de España en ese entonces, había apoyado
abiertamente a los Estados Unidos en la invasión a Irak. Aznar tuvo un gobierno
exitoso en España, cuya visión de estadista, no miraba con buenos ojos el poder
que acumulaba Sadam Hussein, el cual financiaba grupos terroristas y podría en
cualquier momento promover una invasión a Europa misma. Tal cual sucede ahora
con los dos millones de refugiados musulmanes que llegaron a Europa, lo cual es
parte de un plan, si bien no de Sadam Hussein porque está muerto, de sus socios
políticos. Con Sadam Hussein en el poder, sería mucho peor. Eso es una invasión
porque entran a la fuerza.
El 9 de Marzo del 2016, un
día antes de celebrarse las elecciones presidenciales en Perú, en el VRAEM (zona de selva del Perú) se produce un ataque
terrorista a un convoy del Ejército Peruano que trasladaba material electoral,
las víctimas son 11 en total. La noticia es difundida inmediatamente por la prensa
peruana. Los candidatos se apresuran a repudiar el ataque y a lanzar sus dardos
en contra del partido de izquierda Frente Amplio, cuya candidata Veronika
Mendoza estaba horas antes en empate técnico con Pedro Pablo Kuczynski, ambos
peleando el pase a la segunda ronda electoral para disputar la presidencia de
la republica con Keiko Fujimori, cuyo padre
pacifico el país, aislando a Sendero Luminoso a esa zona alejada del
VRAEM y aniquilando al Movimiento
Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
Veronika Mendoza del Frente
Amplio, no paso a segunda vuelta, Kuczynski le saco 2% de votos de ventaja. El
objetivo político del atentado del 9 de Abril se cumplió, Sendero nuevamente
toma las riendas políticas de la izquierda peruana por medio de la violencia. Los
camaradas en armas consideran a los políticos de izquierda que participan en
elecciones como comodines del sistema, burgueses y cobardes que no tienen el
coraje, como ellos, de tomar las armas y ganar el poder con el fusil, tal cual
lo ordena la doctrina comunista. “El poder nace del fusil” dijo Mao. Sendero, con
este atentado le dice a la izquierda, “de ahora en adelante nosotros, Sendero,
vamos a decidir quiénes van en las listas, quienes postulan y quienes no, y
nosotros con la plata del narcotráfico financiaremos las próximas campañas
políticas, porque la revolución se practica, no se teoriza.” Así están las
cosas.