sábado, 9 de abril de 2016

La Envidia y los Celos



Por Jeffrey M. Kihien-Palza
La envidia y los celos son parte de la naturaleza humana, es por ese motivo que desde comienzos de la humanidad nos han alertado sobre las consecuencias de dejarnos llevar por ellos. “El corazón apacible es vida de la carne; más la envidia es carcoma de los huesos,” dicen los Proverbios 14:30.
El juego político no escapa a las pasiones humanas en donde la envidia y los celos tienen un papel fundamental, y se utilizan a menudo para justificar una ideología y el comportamiento de un grupo humano. De este modo el fracaso de unos es por causa de otros. Del mismo modo que el éxito de unos es por haber tomado ventaja de los otros. Y todo está relacionado directamente al éxito económico y a la felicidad. Se muestra al pudiente riéndose, disfrutando y siendo feliz, y al pobre enfermo y sufriendo.
Los celos y la envidia han empujado revoluciones, guerras, genocidios y cambios radicales en la cultura del planeta. La Revolución Francesa se alimentó con el odio contra la realeza, y públicamente pasaron por la guillotina 15,000 nobles y allegados en medio de vítores y aplausos del público. La revolución comunista en Rusia fue por odio y envidia contra los industrialistas capitalistas, los dueños de tierras y la nobleza. Todos pasaron por el cuchillo. Lo mismo sucedió durante la revolución cubana, con cientos de fusilados por orden del Che Guevara.
Es por eso que el socialismo como ideología tiene que tener un enemigo, tiene que polarizar y hacer que el individuo controlado por los celos y la envidia pierda el panorama lógico de la realidad cotidiana.
El socialismo y el libre mercado están enfrentados. Ambas ideologías se acusan de los problemas de la humanidad. Sin embargo como fórmula para el desarrollo humano y la felicidad, el libre mercado o capitalismo le ha ganado la competencia al socialismo. Los países que practican el libre mercado son mucho más desarrollados que los que no la practican. Eso es innegable.
Los seres humanos escapan o emigran a países con economías de libre mercado en busca de porvenir, libertad y mejor vida. Y con su trabajo envían miles de millones de dólares a las familias que dejaron atrás.  Al menos yo no conozco a nadie que emigre a un país comunista en busca de libertad y de mejorar el nivel de vida de su familia. Eso no existe. No vemos peruanos emigrando a Venezuela por trabajo, al menos no ahora, antes de Chaves y del Socialismo del Siglo XXI, si, lo mismo que a Argentina antes de la catástrofe socialista de los Kirchner.
Sin embargo la lucha por el poder político entre libre mercado y socialismo sigue vigente. Se han inventado nuevos conceptos ideológicos para que afloren los celos y la envidia. Allí aparecen las ideas de la desigualdad, de la inclusión, representatividad y el ambientalismo. Reconocen por ejemplo que el Perú económicamente ha mejorado muchísimo, pero de forma desigual, dicen por eso que el sistema ha fracasado y hay que cambiar la constitución para que todos seamos iguales.
Para empezar todos somos iguales ante la ley, eso es indiscutible, pero también es un derecho humano ser mejor que el otro. Es allí en donde el deseo de  superación entra en juego, el mismo que requiere una inmensa cantidad de trabajo constante, y que muchas veces toma generaciones. Los padres trabajando duro para educar a los hijos, y estos haciendo lo mismo cuando les toca su turno, esa es la forma como la civilización avanza y mejora. Es el concepto del emprendedor, y el emprendedor no quiere ser igual a ti, él quiere ser mejor, mucho mejor. No te asustes porque la sociedad se beneficia con su trabajo. El socialismo quiere que le tengamos celos y envidia al emprendedor, y todo porque le va bien a base de su esfuerzo.
También dicen, “el libre mercado trae progreso pero a costa del medio ambiente.” Todas las actividades de las especies vivas en el planeta, para bien o para mal tienen un impacto. La misma agricultura, que es un invento humano, tiene impacto, lo mismo que la minería, y ambas actividades son necesarias para la civilización y se desarrollan una al costado de otro. Si no eres ambientalista, que es un concepto político, eres malo, y hay que odiarte por eso.
Asimismo, el socialismo dice que el libre mercado no incluye al pobre. Es lo opuesto el libre mercado es para que el pobre progrese, porque le brinda oportunidad, ¿acaso en Cuba el pobre tiene oportunidad? No la tiene, ni la tendrá, porque el sistema no permite la creación de emprendedores.

Por eso el discurso político de la izquierda  peruana no tiene sentido, sin embargo ha logrado que los celos y la envidia en algunos compatriotas aflore, y eso es muy peligroso para el país. Ya estamos alertados. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario