¿Formalizar
o no Formalizar? Esa es la Pregunta
Por Jeffrey M. Kihien
Varias de las grandes revoluciones en la Historia de la
Humanidad han comenzado provocadas por el estado en su afán de suprimir las
libertades económicas del individuo. El Derecho a producir riqueza y progresar
es inherente al ser humano y pareciera que es parte de su ADN.
La sangrienta revolución
de Túpac Amaru II fue en protesta contra impuestos y burocracia que el
Virreinato del Perú le impuso a sus negocios. La misma revolución de las
colonias norte americanas tomo como excusa el impuesto a la importación del té,
que el Imperio Británico le aplicó a las colonias.
El episodio más reciente es la Primavera Árabe que empezó
en Tunes. Según Hernando De Soto, el pequeño comerciante informal y ambulante
de frutas Mohammed Bouazizi se quemó
vivo en la calle, como protesta y desesperación contra las leyes del Estado
Tunecino que suprimian su libertad económica y su derecho a crear riqueza. Momentos antes de su inmolación, la Policía le había confiscado sus frutas y
balanzas usadas, y agredido físicamente. Su inmolación derribo gobiernos de varios países en la región.
En Perú, desde hace décadas se ha iniciado una cruzada
contra la “empresa informal.” Para empezar el término es contradictorio si le
aplicamos estrictamente el Derecho Humano a producir riqueza, empresa es una
sola. La división entre formal e informal la crea el Estado al establecer que
nadie puede crear riqueza sin su permiso, el público consumidor no diferencia,
ni tampoco le importa siempre y cuando sus necesidades sean atendidas.
Todos los gobiernos peruanos ven como un problema “la
informalidad de la empresa,” este es un problema de burócratas, mas no de consumidores.
Y la empresa llamada “formal” se queja constantemente del acoso de los burócratas
del Estado, los mismo que no protegen ni incentivan la creación de más riqueza,
más bien acosan, poniendo obstáculos a cada paso que la empresa “formal”
requiere dar para mantenerse productiva y con vida. Mantenerse competitivo y
rentable es una tarea ardua y constante, no se puede esperar la reacción de los
burócratas para realizarlas.
El Estado peruano tiene un ejército de acosadores a la
empresa privada, este ejército se ha quintuplicado durante el gobierno del
Presidente Humala, lo que ocasiono la retracción de la economía durante el último
quinquenio.
Voy a hacer el ejercicio de escribir la lista de
organismos estatales que pueden multar a la empresa privada “formal” en el Perú.
1. Sunat
2. Indecopi
3. Indeci
4. INC
5. OEFA
6. Ministerio
de Trabajo
7. Ministerio
de Cultura
8. Ministerio
de Industria
9. Digesa
1. Municipalidades
1. Policía
Nacional del Perú
La lista se queda corta, y dependiendo de cada actividad,
la lista de organismos del Estado que pueden multar y hasta clausurar una
empresa “formal” crece. Cada multa o clausura, afecta directamente y con más
fuerza al trabajador. Es el trabajador que corre peligro de perder su trabajo,
esto último el estado no lo entiende.
¿Para que “formalizar” si el Estado me va a acosar? La respuesta
se cae de madura. Ante esta realidad la solución es simple, eliminar todos los
reglamentos y organismos estatales dedicados a acosar a la empresa privada y
empezar de cero, con la premisa de que el Derecho a crear riqueza es un Derecho
Humano, y es el Derecho a la libertad individual en sí misma.
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