domingo, 13 de noviembre de 2016

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Por Jeffrey M. Kihien-Palza
El dominio global de los Estados Unidos es claro, palpable e innegable. Los detractores de la democracia, de la libertad y del capitalismo se quejan de la influencia gringa y según ellos luchan contra ella. Los detractores tienen derecho a opinar y ser escuchados, no tengo ninguna duda al respecto.
La industria en la cual Estados Unidos es líder y  único actor global, es la industria periodística y del entretenimiento, dentro de las cuales también incluyo Facebook todas las otras redes sociales, y el mismo internet. Ningún otro país le hace sombra a Hollywood o al poderoso Facebook, CNN y Univisión, solo para nombrar algunos.
Las recientes elecciones son una prueba de lo que acabo de mencionar. La industria  periodística y del entretenimiento Norteamericana estuvo y está claramente en contra del candidato republicano y ahora presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Al estar ellos en contra, y como dominan globalmente la industria, me atrevo a decir que todos los medios periodísticos y de entretenimiento del mundo publicaron desinformación sobre el candidato Republicano.
La desinformación fue abrumadora, y de esta información activista y a menudo difamadora se alimenta el público que las consume, los cuales  se han formado una opinión alarmista y apocalíptica sobre la democracia en los Estados Unidos, la misma que es sólida y transparente.  Los Estados Unidos nació como una democracia cuando el mundo era regido por monarquías, ha sobrevivido una guerra civil que les dejo un millón de muertos, cuatro de sus presidentes fueron asesinados,  han  vencido en guerras globales y económicas, y son llamados para solucionar conflictos. Estados Unidos es el país añorado para emigrar. Recibe a inmigrantes con los brazos abiertos, así como también castiga y cierra sus puertas a los que vienen a delinquir y sabotear el país.  Esta elección, es una elección más dentro de su historia.
El elector americano no es tonto, no está desinformado y ha ejercido su derecho al voto conscientemente, afirmando que el país está perdiendo el rumbo y necesita corrección, que los últimos ocho años del socialismo de Obama han alterado la base ideológica e idiosincrática de la nación. Obama se ha dedicado a encontrar contradicciones y a ahondarlas para aprovecharse políticamente, lo mismo que su candidata la Sra. Clinton. Su cruzada fue contra la clase media, contra los ricos, contra el éxito individual de los ciudadanos, contra las empresas que crean empleo y contra los valores cristianos de la civilización occidental. Por eso perdió abrumadoramente la Sra. Clinton, porque se negó a corregir el mal rumbo del país, ni con la abrumadora ayuda de la industria de la información pudo alterar el voto consciente del ciudadano americano.
La noche del 8 de noviembre, 2016, fecha de las elecciones, nos reunimos cinco peruanos empresarios en la heladería  de uno de ellos, en Arlington, Virginia, para esperar los resultados, y entre pollo a la brasa, lomo saltado y bromas, los votos se sumaban. De los cinco, tres votamos por Trump, uno por Hillary, y el quinto no voto, pero apoyó la candidatura de la Sra. Clinton. Somos “Peruvians for Trump”, a pesar de las diferencias, todos concordamos en que el país estaba perdiendo el rumbo con Obama. Hablo el pueblo, viva la democracia.





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