La Mejor Operación de Rescate del Mundo
Por Jeffrey M. Kihien
Eran alrededor de las
8.30 PM del 17 de diciembre de 1996 y el rumor se esparcía rápidamente, hasta
que pude ver un “flash” informativo confirmando el asalto de la Embajada de
Japón, y el secuestro de unas setecientas personas que asistían a celebrar el cumpleaños
del Emperador del País del Sol Naciente.
No existía el internet,
los teléfonos celulares eran del tamaño de un ladrillo y carísimos, y la
fotografía digital tampoco había sido inventada, así que las noticias se
transmitían por televisión, radio y periódicos, prehistóricos medios en
nuestros días.
El 22 de setiembre de
1992, Abimael Guzmán fue capturado, el Perú por fin respiraba paz, tranquilidad
y bonanza relativa, comparada con la década de los ochenta. El país tenía la
Constitución del 93 que permitía un poco mas de libertad económica, y se abrió
la economía a la inversión extranjera. La toma de la embajada fue una cachetada
y nos devolvió a la realidad, al mismo tiempo que se afirmaba la voluntad
popular de “matar al perro rabioso de una vez y para siempre.”
Perú estaba en los ojos
del mundo, la televisión transmitía en vivo y en directo las 24 horas del día
todo lo que sucedía en la embajada, y los politólogos especulaban sobre el
desenlace; “el chino va a tranzar”, “el chino no va a tranzar”, “están trayendo
comandos de USA”, “enviaran a los terroristas a Cuba.” Ya con los días, las
noticias sobre la embajada se convirtieron, al menos para mí, en un rumor
lejano y neutro.
El gobierno fue claro,
no negociaría con el terrorismo, ante esta respuesta las posibilidades de
solución pacifica eran nulas. Había rumores sobre la construcción de unos
túneles, en preparación de un asalto. El periódico socialista La Republica
publicó en primera plana “El Túnel Existe,” alertando a los terroristas, sin
embargo, esta noticia los aletargo más. Supongo, que, al ser descubiertos y
alertados por el diario, los terroristas pensaron que los comandos no se
atreverían a realizar operación de rescate subterráneo.
“La embajada de Japón a
sido rescatada por los comandos,” era el 22 de abril de 1997, 3:30 PM, me
encontraba en Tacna, esperando por una diligencia judicial, era un embargo para
mi cliente el Banco Wiese. La alegría cubrió con su espuma a toda la ciudad,
observé a parroquianos abrazándose y por supuesto, los bares se llenaron. La
Operación Chavín de Huántar, dio la vuelta al mundo convirtiéndose en tema de
estudio en universidades y escuelas militares. Se han filmado películas y
documentales, los comandos y rehenes han escrito libros, y algunos nunca se
curaron del trauma.
Los Comandos, por tener
éxito, han sido enjuiciados, vilipendiados y expuestos a calumnias e injurias
en el Perú. En el extranjero son héroes, en el Perú el gobierno los persigue. Y,
días antes del 22 de abril, aniversario de la Operación Chavín de Huántar, el
comunismo envía un mensaje con la liberación del sanguinario terrorista Osman
Morote, no es coincidencia, en política no existen, el mensaje va dirigido al
mismo presidente Martin Vizcarra que les respondió declarando héroes a los
Chavines, los rehenes y los mineros que excavaron los túneles.
Perú derrotó al
terrorismo comunista de una manera impecable y dentro del marco de la ley. No
tengo la menor duda al respecto.
En mi natal Moquegua,
nadie se acordó del acontecimiento, ni el alcalde, ni el gobernador, ni los
políticos. Ni siquiera los aprendices de políticos, ni una mención. Eso ya me
parece un mal síntoma.
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