Extorsiones S.A
Jeffrey M. Kihien-Palza
En los Estados Unidos de Norteamérica cuando se anuncia la
construcción de una nueva penitenciaria, las ciudades se ponen inmediatamente
en estado de alerta. Comienzan a hacer lobbies y competir una contra la otra para
que la prisión se construya en su ciudad. Una prisión es inversión fresca,
empleos, impuestos y una industria más para mover la economía local. La prisión
no representa una amenaza para la población, es todo lo contrario, es
desarrollo económico y social. Eso sucede en los Estados Unidos.
Siento primero estupor
y luego, miedo ( Utilizo el adjetivo y el verbo deliberadamente) mientras leo
la noticia de los planes del Ministerio de Justicia de construir un mega penal
para tres mil reos, si tres mil, en las pampas de Hospicio, allí nomas a tiro
de piedra de Moquegua, Ilo y un poco más alejado de Tacna. En un país normal y
civilizado, en donde las instituciones funcionan y el estado protege a sus
ciudadanos, y permite que estos mismos ejerzan su derecho a defenderse y
proteger su propiedad privada, me alegraría por Moquegua. Sin embargo la
evidencia en contra es abrumadora.
En Perú los delincuentes han desarrollado una industria
de extorsión desde las cárceles. El
modelo de negocio les funciona muy bien, y año tras año expanden sus
operaciones a una ciudad más. En la
cárcel el gerente general de Extorsiones S.A hace su trabajo de forma más
eficiente, tiene protección, tiene alimento, no paga impuestos, y lo mejor de
todo es que no tiene absolutamente nada que perder, si ya está preso. Y si le
sale algún ciudadano vigilante que quiere enfrentársele, dentro de la cárcel el
gerente de Extorsiones S.A es intocable.
La policía sabe, los
jueces saben, los congresistas saben, el presidente sabe, todos saben lo que
sucede, sin embargo no hacen nada. Y si el ciudadano quiere defenderse, lo
pueden meter preso, o hacerlo entrar en el laberinto kafkiano del poder
judicial. Es tan corrupto el sistema penitenciario en el país, que a pesar de
que los celulares están prohibidos en las cárceles, los reos disponen de ellos,
y como demostró la prensa, la policía vende los celulares a los reos. Ósea, la
policía a cargo de la custodia del penal son accionistas de Extorsiones S.A.
La nota cómica, y se los dejo a ustedes para que haciendo uso
del pensamiento crítico (esa herramienta eficaz para resolver misterios), desde
el inicio de este gobierno, cuando el actual ministro del Interior José Luis
Pérez Guadalupe era jefe en INPE (Instituto Nacional Penitenciario) se exigía
que se coloquen bloqueadores de celulares en las cárceles. Este es una
aparatito del tamaño de un router wifi, los hay más pequeños inclusive ( Ver
fotos que se adjunta) y son baratos, desde sesenta dólares hasta digamos dos
mil dólares, uno de más potencia, y los venden por internet. Bueno el actual
ministro del interior no lo hizo, algo tan sencillo para acabar con el negocio
de Extorsiones S.A desde las cárceles. Ahora, este mismo Sr. tiene más poder,
es Ministro del Interior, la policía está a su cargo, y todavía no instala los
bloqueadores, y sospechosamente solicito facultades especiales al congreso
dizque para “combatir la delincuencia,” y le fueron otorgadas. Si no coloco los
bloqueadores de celulares hace cuatro años, que podemos esperar. Que opinas? Complice? Sospechoso?
Extorsiones S.A, va a instalar una sucursal en Moquegua y
Tacna, y el con el apoyo del gobierno. Atento paisano, mañana puede ser
demasiado tarde, cuando no puedas salir a la calle, cuando te amenacen si no
pagas cupo. Y si crees que no te afectara, la delincuencia ocasiona que el
valor de tu propiedad baje, el mega penal te meterá la mano al bolsillo, si es
que no te mata.
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