martes, 21 de julio de 2015

Sobre Carceles y Otros Demonios

Sobre Carceles y Otros Demonios






Hechos aislados ocurridos en Perú, México y los Estados Unidos me empujan a escribir las presentes líneas,  no voy a especular que estas acciones describen el carácter de una nación, ni mucho menos de una sociedad (algo que es más profundo), o que por ultimo son un mera prueba de que el estado de derecho está directamente relacionado con el desarrollo de un país. Lo que si voy a afirmar es que el individualismo, esa filosofía descrita como demoniaca por los comunistas, determina el éxito o el fracaso de una sociedad. No tengo temor al realizar esa afirmación.
El 6 de Junio del 2015, las autoridades de la cárcel de máxima seguridad Dannemora en Nueva York descubrieron que dos asesinos habían fugado. Era la primera vez en los 150 años de historia de la prisión que un prisionero se escapaba. La reacción fue inmediata, el mismo gobernador de Nueva York Andrew Cuomo reporto la fuga de los asesinos y aseguro a los ciudadanos que serían capturados. Inmediatamente,  la policía local y el FBI iniciaron las investigaciones.  Seis días después una trabajadora de la cárcel es acusada de ayudar en la fuga de los asesinos. En junio 19, solamente 13 días después de la fuga, otro empleado de la prisión es acusado también de haber ayudado en la fuga.
El jefe de la policía local informa que el costo económico de la búsqueda y captura de los prófugos no le interesa, lo que le importa es capturarlos. Mil policías a un costo diario de un millón de dólares revisan cada metro cuadrado de bosque. El 27 de Junio, uno de los prisioneros, Richard Matt, es muerto a tiros por la policía.  Al día siguiente, 28 de Junio, el otro prófugo David Sweat es capturado por la policía, dos disparos en el torso lo obligaron a rendirse. El júbilo del público no se podía ocultar. La ley, ese dios invisible de los norteamericanos, apareció e hizo justicia, cero tolerancia, dice el gringo, la ley se tiene que cumplir.
El 11 de julio de 2015, el Chapo Guzmán, un prisionero extremadamente peligroso, dueño de un conglomerado del narcotráfico con operaciones en todo el continente, y  dinero para financiar un ejército y enfrentar al débil estado de los Estados Unidos Mexicanos, se escapa de una prisión de máxima seguridad. Su fuga es más que sospechosa e inusual. Para lograr su libertad un túnel de 1,700 metros es escavado desde un una casa cercana al penal hasta la celda del Chapo. Nadie vio nada, nadie dijo nada.  La policía mexicana con la ayuda de la policía norteamericana se moviliza para capturarlo, los días pasan, los políticos declaran, pero no hay resultados. La discusión es básicamente política, nadie habla de la ley, sobre el imperio de la ley y el estado de derecho en México, las acusaciones se hacen directamente contra el estado mexicano en conjunto y a la corrupción endémica de todo su aparato burocrático. El Chapo sabe que no hay prisión que lo pueda contener en México, ya se fugó antes, lo que El teme es que se lo lleven a una cárcel de los Estados Unidos, allí sabe bien que no se podrá fugar, que dentro de la cárcel será un reo más que tendrá que cuidarse las espaldas y cumplir con las reglas de la penitenciaria punto por punto. En México no, en México la ley no se cumple, con plata el Chapo puede comprar la conciencia de mucha gente.
En Perú, un programa periodístico descubre con imágenes grabadas que en la prisión peruana de Lurigancho en Lima, la capital del Perú, los reos tienen una discoteca en donde se consume alcohol y hay mujeres bailando con los reclusos. Las imágenes son sólidas, pero en realidad  esto es una raya más al tigre del corrupto sistema penitenciario peruano, es un secreto a voces que todo se vende en la cárcel, y la policía y los empleados civiles son cómplices,  es un negocio que llega inclusive a palacio de gobierno. Está en investigación Alan García Pérez, ex presidente de la Republica, por haber otorgado indultos a miles de narcotraficantes. Según las investigaciones los indultos fueron vendidos a diez mil dólares cada uno. El Presidente García es caserito con este tipo de escándalos penitenciarios. En su primer gobierno su amigo Víctor Polay Campos, líder y fundador del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), y 47 de sus compinches se fugaron por un túnel del Penal Castro Castro.






Lo más peligroso del sistema penitenciario peruano son las empresas de extorsiones que se han montado desde los penales, la complicidad es visible. Los reos compran o alquilan los teléfonos celulares a los policías y agentes penitenciarios, y desde sus celdas contratan sicarios para cobrar cupos de las extorsiones. Es también un secreto a voces, y la solución podría ser tan simple como comprar un bloqueador de celular de mil dólares, pero no hay interés.
Un mismo continente, tres países con sistemas diferentes. Latinoamérica no aprende de los Estados Unidos, más bien lo critica y lo aborrece, mientras se ahoga en su propio sistema y vive maravillado con su cultura. Así estamos.



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